Este vacío no es el hueco de un escenario, de un sitio en el que colocamos las cosas para mostrarlas y por ocupación del espacio organizamos acumulativamente una comunicación. Es el espacio de cualquier realidad en el que por desocupación formal hacemos un sitio incomunicado de todo, un silencio visual absoluto - suelto de todo -, habitable espiritualmente y de invencible protección.
Jorge Oteiza.